Laraqueri, Puno. En las alturas andinas de Puno, a 3975 metros sobre el nivel del mar, se llevó a cabo el XVIII Chaccu y esquila de vicuñas, una tradición ancestral que combina la obtención de la valiosa fibra de estos camélidos con la conservación de la especie. El evento, que contó con la participación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), se convirtió en un testimonio de la armonía entre el hombre y la naturaleza.
Los comuneros de Jatucachi, distrito de Pichacani, se reunieron para realizar el chaccu, un proceso que comienza con una ofrenda a la tierra y continúa con el arreo de las vicuñas hacia un área específica para su captura. Con la ayuda de banderines de colores, los comuneros lograron capturar cuidadosamente a 150 vicuñas, siguiendo técnicas tradicionales que minimizan el estrés de los animales.
El SERFOR, a través de su Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Puno, brindó asistencia técnica durante todo el proceso, asegurando el cumplimiento de criterios éticos y sostenibles para la captura y esquila. La esquila se realiza con cuidado, seleccionando a los animales y utilizando técnicas que no dañan su piel.Pero el chaccu deparó una sorpresa: la presencia de 4 ejemplares del ave suri en su hábitat natural. El suri, el ave más grande de Perú, se encuentra en peligro crítico de extinción, y su avistamiento en esta zona resalta la importancia de la conservación de la biodiversidad en la región.
El evento también contó con la participación del Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA), que brindó atención veterinaria a los animales. Se detectó caspa y garrapatas en algunos camélidos, por lo que se les aplicó el tratamiento correspondiente.La actividad se desarrolló de manera coordinada con los pobladores de la comunidad de Jatucachi, su Comité de Uso Sustentable de los Camélidos Sudamericanos Silvestres Vicuñas, y diversas instituciones como SENASA, el Proyecto Vicuñas y la Subgerencia de Camélidos de la Gerencia Regional de Desarrollo Agrario.
Juan Carlos Huanca Ojeda, administrador técnico del SERFOR Puno, destacó la importancia de esta actividad tradicional, que contribuye a la conservación de las vicuñas y cuyo manejo sostenible beneficia a las comunidades locales. Hizo hincapié en la necesidad de que las comunidades cumplan con los compromisos establecidos en la Declaración de Manejo (DEMA) para asegurar la salud continua de las poblaciones de vicuñas y sus hábitats.
A junio del 2024, Puno registra 104 comités de uso sustentable de camélidos sudamericanos silvestres que manejan 41,173 vicuñas en un área de 273,684.90 hectáreas.