En un lamentable episodio de discriminación, Lupe P.V. decidió hacer pública su denuncia contra el personal de KFC en Plaza Vea Puno. Según cuenta, su intento de aprovechar una promoción se convirtió en una amarga experiencia. A pesar de su insistencia, el personal solo accedió a darle el descuento tras numerosas súplicas, pero siempre con burlas y comentarios despectivos.
Lupe estaba esperando a su hija menor, que estaba en el cine, y se sintió abrumada, casi al borde del llanto. Afortunadamente, la niña no presenció lo ocurrido. Al recibir su pedido, Lupe fue objeto de risas y burlas entre los empleados, lo que hizo que su experiencia se tornara aún más desagradable, llevándola a dejar su comida sin disfrutarla.
Además, Lupe relató un incidente previo en el que, al acudir vestida con ropa deportiva, también sufrió burlas por parte del personal. Buscando una solución, pidió el libro de reclamaciones, solo para enterarse de que no estaba disponible y que su queja debía hacerse de manera virtual, aunque la opción no funcionaba en la página web de la empresa.
Desilusionada y herida, Lupe intentó llamar al 105 de la policía para formalizar su denuncia. Sin embargo, no recibió la ayuda esperada, y le indicaron que debía acudir a la comisaría, pero temía no tener pruebas suficientes para respaldar su queja. Afortunadamente, nuestro equipo de prensa facilitó la comunicación con un representante de la Defensoría del Pueblo, quien se comprometió a guiarla en el proceso de presentar su denuncia.
Su historia resuena como un recordatorio de la necesidad de respeto y dignidad en todos los espacios, especialmente en aquellos donde las personas buscan disfrutar de un simple momento de comida. Guadalupe ha decidido no regresar a este establecimiento y espera que su valentía al hablar inspire cambios y atención a estas injusticias.