Puno. La falta de acceso constante al agua potable en Puno se está convirtiendo en una crisis que amenaza no solo la salud de la población, sino también el desarrollo económico de la región, especialmente su industria turística. Según datos del 2022 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), solo el 37.9% de los habitantes de Puno disfruta de un servicio de agua por red pública las 24 horas del día, los siete días de la semana.
«Esta situación es insostenible», afirma la Dra. María Elena López, especialista en salud pública de la Universidad Nacional del Altiplano. «La falta de agua potable afecta directamente la salud de la población, especialmente de los niños y las personas mayores, quienes son más vulnerables a enfermedades como la diarrea y la deshidratación».
La crisis del agua también está impactando al sector turístico, uno de los principales motores económicos de la región. «Los turistas buscan destinos con servicios básicos de calidad, y la falta de agua potable constante es un factor que los desalienta», explica el presidente de la Cámara Regional de Turismo de Puno, Juan Carlos Mamani. «La imagen de Puno como un destino turístico se está viendo afectada, lo que a su vez impacta en la economía local».
¿Por qué la falta de agua?
La principal causa de esta situación se atribuye al deficiente diseño de la política de descentralización, que delegó la gestión del agua y saneamiento a los gobiernos locales. La fragmentación de los servicios y la interferencia política en la designación de personal han afectado la gestión de los prestadores de servicios de saneamiento (EPS).
Buscando soluciones
Las autoridades locales y regionales están conscientes de la gravedad de la situación y buscan soluciones. Se están implementando proyectos para mejorar la infraestructura de agua potable, pero se necesita una mayor inversión y un enfoque integral para garantizar un acceso universal y constante al agua potable.
«No podemos permitir que la falta de agua siga afectando la salud y el desarrollo de Puno», señala el alcalde de la ciudad, Jaime Rodríguez. «Es necesario un esfuerzo conjunto entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales, y la sociedad civil para encontrar soluciones a largo plazo».
La crisis del agua en Puno es un llamado de atención para que se priorice la inversión en infraestructura y gestión de recursos hídricos, no solo para garantizar el bienestar de la población, sino también para impulsar el desarrollo económico de la región.